Diríase que tu mirada está llena de bruma;
tus misteriosos ojos (¿azules, grises, verdes?)
alternativamente suaves, soñadores y crueles
reflejan la indolencia y la palidez del cielo.
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El mar y tú, tenebrosos y discretos sois;
a ti, hombre, nadie llegó a tus hondas simas,
y a ti, mar, nadie conoce tus interiores riquezas;
¡ambos guardáis celosos vuestros secretos!
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El Poeta es como ese príncipe de las nubes
que frecuenta tormentas y se burla de las flechas;
exiliado en la tierra y en medio de mofas,
sus alas de gigante le impiden caminar.